sábado, 4 de febrero de 2012

¡HOLA, ESTOY AQUÍ!

Semillita (para quien no lo sepa, es el nombre del futur@ churumbel hasta que no sepamos si es niño o niña) se ha hecho 'físicamente' presente en nuestras vidas. O sea, que ya notamos las famosas 'pataditas'. Ya hace un par de semanas que Señor G. y yo fuimos conscientes de que esos pequeños y suaves movimientos en mi barriga no tenían como origen mis intestinos, sino Semillita.

Yo preguntaba a mis amigas, y leía en Internet, y me informaba para que, llegado el momento, no se me pasasen por alto. 'Al principio son como los gases', me decían. 'Notas como una pequeña burbuja, como unas cosquillas, como una culebrilla...'. Y yo, claro, esa misma noche ya estaba notando todo eso y además, todo junto.

Pero no. O sí, vete tú a saber. El caso es que Señor G. pronto cogió la costumbre de posar su mano en mi barriga todas las noches antes de acostarnos e intentar 'conectar' con el otro mundo. Él fue el primero en notarlo. Decía que sentía perfectamente cómo una gran burbuja se movía al ritmo de mi respiración (vamos a suponer que hablaba de la placenta y el líquido amniótico) y que, dentro de ella, algo muy pequeñito se arrimaba al calor de su mano y le hacía cosquillitas o le presionaba, según la noche. Un rato era algo pequeñito y picudo (el pie, decíamos), a los pocos minutos algo más alargado y curvado (eso es la espalda, fijo), en otro momento, redondo y duro (la cabeza... o el culete). Pero a mí me costó más notarlo. Para indignación mía, claro está.

Y una noche, en éstas estábamos, cuando sucedió. El Señor G. estaba intentando 'atraer' a Semillita a sus manos. Y entonces, como si lo intuyera, Semillita hizo un movimiento limpio contra la piel de mi barriga y pareció decir: ¡Ey, que estoy aquí! Yo lo noté desde el interior, y Señor G., desde el exterior. Nos pusimos hasta nerviosos y todo.

La sensación es bastante inexplicable. Tú estás todo el día sin notar el embarazo siquiera y de repente paras un momento, te sientas, te relajas y te pones a pensar en tus cosas, y al rato empiezas a notar cómo algo dentro de tí se desliza suavemente: ahora lo notas en un lado, ahora sientes presión en el lado contrario, luego una 'patadita' al lado del ombligo... Es como la película 'Alien', pero en bonito.

Y ya una vez que notas la primera 'patada', te haces adicta a los movimientos. Es el indicador de que todo va según lo previsto. Yo cierro los ojos y me intento imaginar cómo será la vida ahí dentro, cómo Semillita duerme y se despierta, cómo flota de un lado para otro, hace piruetas, se estira y se encoge... y de vez en cuando, cuando él/ella quiere - eso sí -, me da un 'toquecito' y me dice: ¡Hola, aquí estoy!

4 comentarios: